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Colombia es un país que con el transcurso de los años ha librado una heroica batalla por la defensa y la exaltación de la mujer. En los últimos años, se han endurecido las penas contra aquellos hombres que cometen feminicidio.
Y está mu bien que así sea: los responsables de matar a las mujeres, de cometer crímenes de género deben ser sancionados de manera ejemplarizante.
Hace exactamente 38 años, Alicia Ribaldo fue asesinada en la ciudad de Barranquilla. Ella era una mujer bondadosa, generosa, desprendida, amigable y sumamente inocente.
Tenía tan solo 16 años. Empezaba a vivir y tenía por delante muchísimos sueños.
Un día, Alicia les comentó a sus padres que quería ganarse unos pesos trabajando en un café de moda en su natal Barranquilla. Se llamaba el Coffe Shop, lugar al que iban personas jóvenes a divertirse al final de la jornada.
Alicia trabajaría cada 15 días, en las noches. Estaba feliz con su nueva responsabilidad.
El fatídico 5 de marzo de 1979, Alicia se preparó para partir a su lugar de trabajo. Muy poco se sabe qué sucedió aquel día, pero el testimonio de aquellos que estuvieron con ella coincide en que nada raro se presentó.
En el Coffe Shop, trabajaban otros jóvenes, entre ellos el estudiante Cesar Lorduy, quien tenía 23 años y era uno de los empleados de mayor edad.
Alicia estaba atendiendo a un cliente de nacionalidad uruguaya quien se encontraba con su pareja. Ellos la invitaron a conversar. En esas estaban, cuando de repente, el señor Cesar Lorduy se acercó con una escopeta en sus manos y apuntando a la cara de Alicia, le dijo que la iba a matar.
La atribulada joven, sólo atinó a cubrirse el rostro con sus manos y a preguntarle al asesino si estaba loco. De repente, el ensordecedor ruido del arma homicidio se impuso en el recinto. Todo era confusión y pánico entre los asistentes.
Alicia yacía muerta, con su rostro destruido por el impacto de la bala disparada con total sangre fría por el asesino.
Cesar Lorduy nunca fue castigado. El mismo, en una entrevista concedida recientemente a la emisora W Radio, reconoció que el proceso había prescrito. La muerte de Alicia Ribaldo quedó en la más absoluta impunidad.
Su familia, a pesar del paso de los años, aún llora su muerte y el asesino, el señor Lorduy, se convirtió en un prestigioso abogado de Barranquilla y fiel militante del partido Cambio Radical, del candidato a la presidencia, Germán Vargas Lleras.
A Lorduy nada le pasa porque es un protegido de la poderosa familia Char que, aunque no tiene ninguna responsabilidad por el crimen cometido por su pupilo Cesar Lorduy, al menos sí debería observar un poco de solidaridad con la familia de la joven asesinada.
Lorduy quiere ser congresista. Aspira a llegar al recinto democrático donde se hacen las leyes. Para muchos, es inaceptable que quien asesinó a sangre fría a Alicia Ribaldo, pueda ser uno de los padres de Patria.